Advertencia

Este blog ha sido diseñado para que pueda realizarse una lectura, de un texto de San Bernardo, cada día del año. No obstante, en esta fase se unificarán progresivamente los capítulos para que también puedan leerse como pequeños libros completos. Igualmente se añadirán las cartas de San Bernardo, que nos permitirán hacernos una idea cronológica de en qué época y circunstancias fueron hechos tanto los escritos como los sermones (están en un blog aparte)

jueves, 26 de abril de 2012

SOBRE LOS GRADOS ASCENDENTES DE LA HUMILDAD. CAPÍTULO V



     El primer plato es, pues, el de la humildad, una purga amarga. Luego, el plato de la caridad, todo un consuelo apetitoso. Sigue el de la contemplación, el plato fuerte. ¡Pobre de mí! ¿hasta cuándo, Señor, vas a estar siempre enojado contra tu siervo que te suplica? ¿Hasta cuándo me vas a estar alimentando con el pan del llanto y ofreciéndome como bebida las lágrimas a tragos? ¡Quién me invitará a comer de aquel último plato, o al menos del sabroso manjar de la caridad, que se sirve a mitad del banquete! Los justos los comen en presencia de Dios rebosando de alegría. Entonces ya no debería  pedir a Dios con amargura del alma: ¡no me condenes! Todo lo contrario, al celebrar el convite con los ázimos de la pureza y de la verdad, cantaría alegre en los caminos del Señor porque la gloria del Señor es grande.
     Bueno es, por tanto, el camino de la humildad; en  el se busca la verdad, se encuentra la caridad y se comparten los frutos de la sabiduría. El fin de la ley es Cristo; y la perfección de la humildad, el conocimiento de la verdad. Cristo, cuando vino al mundo, trajo la gracia. La. verdad, cuan   se revela ofrece la caridad. Pero siempre se manifiesta a los humildes. Por ello, la gracia se da a los humildes.

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