Advertencia

Este blog ha sido diseñado para que pueda realizarse una lectura, de un texto de San Bernardo, cada día del año. No obstante, en esta fase se unificarán progresivamente los capítulos para que también puedan leerse como pequeños libros completos. Igualmente se añadirán las cartas de San Bernardo, que nos permitirán hacernos una idea cronológica de en qué época y circunstancias fueron hechos tanto los escritos como los sermones (están en un blog aparte)

jueves, 20 de diciembre de 2012

CONSIDERACIONES AL PAPA EUGENIO: LIBRO SEGUNDO. CAPÍTULO XVII


Capítulo 17



 CONSIDERA NO SOLO QUIÉN Y QUÉ GRANDE ERES, SINO TAMBIÉN COMO DEBES SER


Ya has visto quién eres. No olvides nunca qué eres. Que yo tampoco perderé ocasión de repetírtelo, tal como me lo he propuesto. Será también muy conveniente que, además de considerar quién eres, consideres lo que anteriormente eras. ¿Por qué digo "eras", si ahora también lo sigues siendo? ¿Hay alguna razón para que dejes de considerar lo que no has dejado de ser? 
Porque en una sola consideración va incluido lo que fuiste y lo que eres. Otra consideración distinta será la que te induce a considerar en qué te has convertido. Sería contraproducente que, al pensar en ti mismo, una excluyese a la otra. Pues como acabo de recordarte, todavía eres lo  que eras. Y continúas siéndolo -acaso más ahora- después  de haber sido elevado a lo que eres. Lo que eras, lo eras por tu nacimiento; lo que has llegado a ser, lo eres de prestado, sin cambio alguno en tu propio ser. No te quitaron lo que eras. Solamente te añadieron lo que eres. Por eso debemos ahondar un poco en estos dos aspectos. Como acabo de indicar, si los comparas entre sí, te servirá de mucho.

   Decía antes que, al considerar lo que eres, puedes ver claramente cuál es tu naturaleza. Eres un hombre, pues hombre naciste. Pero al preguntarte quién eres, surge el calificativo de tu persona. Eres un obispo. Y esto te lo han dado; no naciste con ello. ¿Qué te parece más propio de tu naturaleza: lo que te han hecho o aquello que tienes desde que naciste? ¿No será esto último? Pues te aconsejo que consideres mucho más lo que esencialmente eres, es decir, tu condición de hombre, con la que naciste.

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