Capítulo 34
Escucha ahora este enorme embuste: El cielo es mi trono; la tierra, el estrado de mis pies. No dijo "el Oriente" o "el Occidente" o cualquiera otra parte del cielo, sino "mi trono es todo el cielo". No puedes sentarte en parte alguna del cielo. El lo eligió todo para sí. Tampoco puedes hacerlo en la tierra; es el estrado de sus pies. La tierra es un lugar sólido, donde se asienta la Iglesia fundada sobre la roca firme. ¿Qué vas a hacer? Has sido expulsado del cielo y no te puedes quedar en la tierra. Búscate un lugar en el aire, no para sentarte, sino para volar. Entonces sentirás el castigo de una incesante inestabilidad, tú, que has intentado turbar la quietud de la eternidad. Mientras andas fluctuando entre cielo y tierra, el Señor se sienta sobre un trono elevado y excelso; y toda la tierra está llena de su majestad. No encontrarás lugar más que en el aire.
No hay comentarios:
Publicar un comentario