Advertencia

Este blog ha sido diseñado para que pueda realizarse una lectura, de un texto de San Bernardo, cada día del año. No obstante, en esta fase se unificarán progresivamente los capítulos para que también puedan leerse como pequeños libros completos. Igualmente se añadirán las cartas de San Bernardo, que nos permitirán hacernos una idea cronológica de en qué época y circunstancias fueron hechos tanto los escritos como los sermones (están en un blog aparte)

viernes, 16 de noviembre de 2012

APOLOGÍA AL ABAD GUILLERMO: CAPÍTULO XXXI


Capítulo 31

LOS MONJES QUE VIENEN A NOSOTROS DE OTRAS ORDENES     

    Me consta que algunos, procedentes de otras congregaciones e institutos, se dieron demasiada prisa para acudir e ingresar en nuestra Orden. Pero entre los suyos sembraron el escándalo y a nosotros nos perjudicaron. A ellos por su temeraria huida y a nosotros porque nos perturbaron con su pobre manera de vivir como monjes. Además, despreciaron altivamente lo que ya tenían e intentaron temerariamente lo que les superaba; al fin Dios les hizo descubrir su equivocación acabando como tenían que acabar.  Efectivamente, terminaron abandonando descaradamente lo que imprudentemente abrazaron y vergonzosamente se volvieron a lo que habían dejado sin verdaderas razones. Sólo buscaban nuestros claustros porque eran incapaces de de vivir pacientemente dentro de su Orden, y no porque deseasen la nuestra. Ahora se muestran tal como son, yendo y viniendo de vuestros monasterios a los nuestros, y de los nuestros a los vuestros con una veleidad tan inestable, que nos escandalizan a nosotros, a vosotros y a todos los hombres de sentido común. Es verdad que también hemos conocido a otros que, con la gracia de Dios, comenzaron con toda decisión y, con su ayuda, perseveran con mayor tesón todavía. Sin embargo, es mucho más seguro continuar allí donde comenzamos que volver a empezar en otra Orden donde no vamos a perseverar. De todas maneras, lo que unos y otros hemos de intentar es cumplir lo que nos aconseja el Apóstol: "Todo lo que hagáis, que sea con amor". Esto es lo que yo pienso a propósito de esa polémica entre vuestra Orden y la nuestra. Esto es lo que suelo decir a los nuestros y a los vuestros; lo que me gusta no sólo comentar sobre vosotros, sino manifestaros directamente a vosotros mismos, y esto lo sabes tú muy bien, porque nadie me conoce como tú. Todo lo que en vosotros considero laudable, lo alabo y lo elogio. Y en lo que me parece menos recto, trato de exhortaros a ti y a otros amigos míos para que  lo enmendéis. Esto no es detracción, sino atracción. Te ruego y suplico que procedáis siempre con nosotros de la misma manera. Saludos.

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