Advertencia

Este blog ha sido diseñado para que pueda realizarse una lectura, de un texto de San Bernardo, cada día del año. No obstante, en esta fase se unificarán progresivamente los capítulos para que también puedan leerse como pequeños libros completos. Igualmente se añadirán las cartas de San Bernardo, que nos permitirán hacernos una idea cronológica de en qué época y circunstancias fueron hechos tanto los escritos como los sermones (están en un blog aparte)

lunes, 31 de diciembre de 2012

TRATADO SOBRE LAS CONSIDERACIONES AL PAPA EUGENIO. LIBRO TERCERO. CAPÍTULO IV


CONSIDERACIONES AL PAPA EUGENIO. LIBRO TERCERO. CAPÍTULO IV


Capítulo 4 
¿Cómo podemos justificarnos para cerrar los ojos a la realidad? ¿Con qué garantía y con qué conciencia podemos dejar de presentar a Cristo a quienes lo desconocen? ¿es que por una severidad mal entendida vamos a ocultar la verdad? A toda costa deben llegar alguna vez los paganos a la fe. ¿o esperarnos que les baje de los cielos ella sola? Nadie se ha encontrado casualmente con la fe. ¿Cómo van a creer si no hay alguien que les predique? Pedro fue enviado a Cornelio; Felipe, al eunuco; y si buscamos ejemplos más recientes, Agustín, enviado por Gregorio, difundió en Inglaterra los contenidos de la fe. Lo mismo puedes pensar de ti con relación a los paganos.
Por mi parte, te recuerdo la pertinacia de los griegos, que están con nosotros sin estar: viven unidos en la fe, pero divididos en la comunión. Aunque a decir verdad, también se han desviado ya de los senderos de la fe. Igual que la herejía. Disimuladamente serpentea por todas partes, y en algunos lugares hace estragos abiertamente, devora de modo fulminante e indistintamente a los hijos más tiernos de la Iglesia. No me preguntarás dónde está sucediendo esto. Tus legados, que con tanta frecuencia visitan los países más occidentales, lo saben muy bien y pueden informarte. Van y vienen constantemente por esas tierras o pasan muy cerca. Pero, que  yo sepa, nada han hecho hasta ahora para remediarlo. Tal vez lo hubiéramos sabido, si el oro que llega de España no hubiese prostituido la salvación del pueblo. Tarea tuya es poner remedio a semejante astucia.
San Bernardo de Claraval
Nota: este capítulo pertenece al Tratado de las Consideraciones al Papa Eugenio III antiguo monje cisterciense, discípulo de San Bernardo, que realizó los trabajos más humildes, bajo su dirección (la de San Bernardo) hasta llegar a ser la máxima autoridad de la Iglesia. El presente escrito, que seguiremos en sucesivos capítulos, es un ejemplo de cómo el materialismo divide incluso a los que comparten las mismas creencias y cómo el cristiano tiene la obligación de expresar y difundir su fe, por ejemplo entre los no creyentes y en continentes olvidados como el africano. Debemos recordar especialmente a los millones de españoles que "están con nosotros sin estar" consintiendo genocidios como el aborto.
Miguel Ángel Pavón Biedma

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