Advertencia

Este blog ha sido diseñado para que pueda realizarse una lectura, de un texto de San Bernardo, cada día del año. No obstante, en esta fase se unificarán progresivamente los capítulos para que también puedan leerse como pequeños libros completos. Igualmente se añadirán las cartas de San Bernardo, que nos permitirán hacernos una idea cronológica de en qué época y circunstancias fueron hechos tanto los escritos como los sermones (están en un blog aparte)

miércoles, 15 de agosto de 2012

LIBER DE GRATIA ET LIBERO ARBITRIO: CAPÍTULO II


Capítulo 2


    Tú me dirás: ¿Qué hace entonces el libre albedrío? Te respondo con una sola palabra: es el objeto de la salvación. Suprime el libre albedrío y no habrá nadie a quien salvar. Quita la gracia y no habrá con qué salvar. Esta obra necesita la colaboración de ambos, de quien la hace y de quien la recibe. Dios es el autor de la salvación, y el libre albedrío pura capacidad de salvación. Sólo Dios puede darlo, y sólo el libre albedrío puede recibirlo. Si depende exclusivamente de Dios y del libre albedrío, necesita el consentimiento de quien la recibe y la liberalidad de quien la otorga. Por eso se dice que, cuando la gracia realiza la salvación, el libre albedrío coopera con su consentimiento, es decir, acepta la salvación. Consentir es salvarse. El animal es incapaz de recibir esta salvación, porque le falta el consentimiento voluntario para acoger gustosamente al Dios que salva, cumplir sus preceptos, creer en sus promesas o agradecer sus beneficios.

   NO ES LO MISMO CONSENTIMIENTO VOLUNTARIO QUE APETITO NATURAL.-En efecto, una cosa es el consentimiento voluntario y otra el apetito natural. Este último nos es común con los animales, y es incapaz de seguir los impulsos del espíritu, porque sólo es arrastrado por los deseos de la carne. El Apóstol, con otras palabras, lo llama sabiduría de la carne: La sabiduría de la carne es enemistad con Dios, y no se sujeta ni puede sujetarse a la ley de Dios. Es verdad, repito, que en esto somos igual que los animales. Pero el consentimiento voluntario nos distingue radicalmente de ellos. 

   DEFINICON DEL CONSENTIMIENTO VOLUNTARIO. Es una facultad del alma que la hace dueña de sí misma. Es incoercible e indomable. Procede de la voluntad, no de la necesidad. Tanto si rehúsa como si accede, lo hace por propia voluntad. Si se le obliga a hacer algo a Pesar suyo, ya no es voluntario, sino violentado. Donde falta la voluntad no existe consentimiento. Porque el consentimiento es siempre voluntario. Y donde hay consentimiento hay voluntad, ya que voluntad y libertad van juntas. Esto es lo que yo entiendo por libre albedrío.

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