Advertencia

Este blog ha sido diseñado para que pueda realizarse una lectura, de un texto de San Bernardo, cada día del año. No obstante, en esta fase se unificarán progresivamente los capítulos para que también puedan leerse como pequeños libros completos. Igualmente se añadirán las cartas de San Bernardo, que nos permitirán hacernos una idea cronológica de en qué época y circunstancias fueron hechos tanto los escritos como los sermones (están en un blog aparte)

domingo, 19 de agosto de 2012

LIBRO DE LA GRACIA Y EL LIBRE ALBEDRÍO: CAPÍTULO VI


Capítulo 6


      Así, pues, depende exclusivamente de la voluntad el que una persona sea justa o injusta, feliz o desgraciada. según que consienta en el bien o en el mal. Con su libertad innata puede rechazar o aceptar cualquier proposición, exenta de toda especie de violencia o coacción. Por eso, este consentimiento libre y voluntario, del que depende por completo, según he dicho, cualquier determinación, se suele llamar acertadamente libre albedrío. Libre, en cuanto se refiere a la voluntad; y albedrío, en cuanto a la razón. Prescindo ahora de aquella libertad de que habla el Apóstol: Donde hay Espíritu del Señor, hay libertad. 
   LA LIBERTAD SOBRE EL PECADO. Existe por un lado la libertad sobre el pecado, como dice la Escritura: Cuando erais esclavos del pecado, estabais libres respecto a la Justicia. Ahora, en cambio, emancipados del pecado y esclavos de Dios, fructificáis para la santidad, que lleva a la vida eterna. Mas, ¿quién puede gloriarse de estar exento de pecado  mientras vive en esta condición pecadora? A mi parecer, cuando hablamos de libre albedrío, no nos referimos a esta clase de libertad.
   LA LIBERTAD SOBRE LA COACCION.-Hay otra  libertad que lleva con más rigor este nombre y que podemos llamar libertad sobre la coacción, porque todo lo que es forzado se opone a lo voluntario. Lo que se hace a la fuerza no procede de la voluntad, y viceversa.

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