Advertencia

Este blog ha sido diseñado para que pueda realizarse una lectura, de un texto de San Bernardo, cada día del año. No obstante, en esta fase se unificarán progresivamente los capítulos para que también puedan leerse como pequeños libros completos. Igualmente se añadirán las cartas de San Bernardo, que nos permitirán hacernos una idea cronológica de en qué época y circunstancias fueron hechos tanto los escritos como los sermones (están en un blog aparte)

lunes, 9 de julio de 2012

DILIGENDO DEO: CAPÍTULO V





Capítulo 5


  En consecuencia, a la dignidad y a la inteligencia debe acompañarles la virtud, que es su fruto. Por ellas se busca y se posee al que, como dueño  distribuidor de todo bien, merece ser glorificado en todo. El que sabe y no hace lo que debe, recibirá muchos palos ¿Por qué? Pues porque no quiso conocer el bien y practicarlo, sino al contrario, acostado, planeó el crimen. Como siervo infiel, intenta apropiarse e incluso arrebatarle la gloria a su Señor en aquellos bienes que sabe  perfectamente que no son suyos. Son, por tanto, evidentes los cosas : que la dignidad propia es inútil si no se reconoce, y que su conocimiento sólo servirá de castigo si no le acompaña la virtud. Es verdaderamente virtuoso aquel a quien ni su propio conocimiento le hace daño, ni su dignidad personal le adormece, y por eso confiesa sencillamente delante del Señor: No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria. Como si dijera: Señor, no nos pertenece a nosotros mismos absolutamente nada; ni nuestro propio conocimiento, ni nuestra propia dignidad; todo lo atribuimos a ti, de quien todo procede.

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