Advertencia

Este blog ha sido diseñado para que pueda realizarse una lectura, de un texto de San Bernardo, cada día del año. No obstante, en esta fase se unificarán progresivamente los capítulos para que también puedan leerse como pequeños libros completos. Igualmente se añadirán las cartas de San Bernardo, que nos permitirán hacernos una idea cronológica de en qué época y circunstancias fueron hechos tanto los escritos como los sermones (están en un blog aparte)

martes, 5 de marzo de 2013

CONSIDERACIONES. LIBRO V. CAPÍTULO XV



¿Qué es Dios? Lo mejor que puede concebirse. Si estás de acuerdo, no puedes admitir que exista un ser por el cual exista Dios y no sea Dios ese ser. Porque sin duda sería superior a Dios. ¿Cómo no sería superior a Dios un ser que no es Dios y hace que Dios exista? Pues con mayor razón hemos de reconocer que esa divinidad, por la cual dicen que Dios existe, no es sino Dios mismo. En Dios no hay nada más que Dios. Entonces, ¿Niego que Dios tenga divinidad como hay quien lo afirma? No lo niego; digo que, lo  que tiene, eso es. ¿Niego que es Dios por su divinidad? No. Afirmo que no hay otra divinidad que no sea Dios mismo. Que me ayude el Dios Trinidad para rebelarme con todas mis fuerzas contra esa divinidad, si ellos la encontraron. La cuaternidad divide al orbe, pero nada representa con relación a la divinidad. 
Dios es Trinidad y cada una de las tres personas es Dios. Si se les antoja añadir una cuarta divinidad, yo estoy totalmente decidido a no adorar a quien no es Dios. Creo que tú tampoco lo harás. Porque al Señor tu Dios rendirás adoración, y a él  solo prestarás servicio. Gloriosa divinidad esa que se atreve a usurpar el honor divino. Mejor será que rechacemos absolutamente esa cuarta divinidad que nos han entregado sin atributo  alguno. A Dios se le atribuyen muchas perfecciones, según la razón y la fe católica, pero sin romper su unidad. De lo  contrario, si las consideras distintas, no sólo tendríamos  cuaternidad, sino centenidad, por así decirlo. Por ejemplo, decimos que es grande, bueno, justo e innumerables cosas más; pero si dejas de concebirlas como una sola cosa con Dios y en Dios, tendríamos un Dios múltiple.

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