Advertencia

Este blog ha sido diseñado para que pueda realizarse una lectura, de un texto de San Bernardo, cada día del año. No obstante, en esta fase se unificarán progresivamente los capítulos para que también puedan leerse como pequeños libros completos. Igualmente se añadirán las cartas de San Bernardo, que nos permitirán hacernos una idea cronológica de en qué época y circunstancias fueron hechos tanto los escritos como los sermones (están en un blog aparte)

sábado, 8 de septiembre de 2012

LIBRO DE LA GRACIA Y EL LIBRE ALBEDRÍO: CAPÍTULO XXVI



Capítulo 26


    El hombre, pues, necesita a Cristo, fuerza y sabiduría de Dios. Como sabiduría, le comunica un nuevo conocimiento de la verdad, devolviéndole la libre deliberación. Y como fuerza, le restituye la capacidad plena de ponerla en práctica por la libertad de complacencia. Con lo primero se hace perfectamente bueno y exento de pecado; y con lo segundo, completamente feliz y libre de toda contrariedad. Esta perfección la esperamos en la otra vida cuando al libre albedrío se le restituya en plenitud la libertad perdida. No como la poseen los justos en la tierra, ni como disfrutaron de ella los primeros padres en el paraíso, sino como gozan de ella los ángeles en el cielo. 
     Ahora, mientras vivimos en este cuerpo mortal y en este mundo perverso, hemos de contentarnos con dominar la concupiscencia con la libertad de deliberación y no desmayar en la lucha por la justicia, mediante la libertad  de complacencia. Mientras vivimos envueltos en el pecado y en la malicia de la vida, mucho conseguiremos si no consentimos en el pecado, ya que no podemos librarnos eternamente de él. Y es también una señal  de gran fortaleza superar valientemente las adversidades por amor a la verdad, aunque no seamos totalmente insensibles a ellas.

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