LO QUE DEBEMOS CONTEMPLAR GOZOSAMENTE EN LOS ESPIRITUS SUPERIORES
Hechas estas aclaraciones previas, debemos orientar ya nuestra consideración hacia la Jerusalén de arriba, nuestra madre. Para ello adentrémonos con cautela y atención por los tres caminos descritos, exploremos lo inexplorable en la medida de nuestras posibilidades ó, más bien, según el don que a cada uno se nos conceda. Ante todo sabemos que sus habitantes son unos espíritus poderosos, bienaventurados, gloriosos, distintos entre sí por sus personas, distribuidos según su dignidad, estables desde el principio en su orden correspondiente, perfectos en su género respectivo, etéreos por su cuerpo, inmortales para siempre, impasibles no por naturaleza, sino por gracia; espíritus puros, benignos por el amor, piadosos por su religión, íntegros en la castidad, individualizados en su unanimidad, confirmados en la paz, creados por Dios, ocupados en su alabanza y adoración.
Así lo hemos leído en las Escrituras y lo creemos por la fe. Pero hay autores que vacilan en su opinión sobre el lugar que ocupan sus cuerpos e incluso sobre si tienen cuerpos. Yo no entro en discusión con quien afirme que esta cuestión es materia simplemente opinable. Con todo, nos dice la razón, y no la fe ni la mera opinión, que están dotados de inteligencia. No podrían carecer de ella y tener experiencia de Dios. Poseen también sus nombres propios, conocidos por nosotros en la Escritura, por los cuales podemos conjeturar y vislumbrar de alguna manera cosas que a los mortales no nos corresponde percibir con claridad, como son sus oficios, méritos, grados y órdenes. Aquí hemos de significar que sólo entra en el ámbito de la fe lo que hemos oído a la Palabra, porque la fe viene de la escucha. Por eso lo que acabamos de afirmar no pasa de ser simple opinión. ¿Y para qué conocemos sus nombres celestiales si luego no podemos opinar, salvando la fe, sobre las realidades que esos nombres significan? Angeles, arcángeles, virtudes, potestades, principados, dominaciones, tronos, querubines y serafines. ¿Qué significan estos nombres? ¿No hay diferencia alguna entre los que se llaman ángeles y los que tienen el sobrenombre de arcángeles?
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