Cuando adviertas que se te ablanda el corazón con los halagos de esa gente, como suele suceder, recuerda aquello del Evangelio: todo el mundo sirve primero el vino bueno y cuando la gente está bebida el peor. Captarás con la misma lucidez la verdadera humildad del temeroso y la del que solamente espera algo de ti. Es típico del astuto y encubridor fingir humildad cuando desea conseguir una cosa. Dice de ellos la Escritura: Hay quien se humilla falsamente y sus entrañas revientan de engaño. Tú mismo puedes comprobar la verdad de esta sentencia, pues claramente la percibes a diario en tu curia. ¡A cuántos que admitiste por puro favor, tienes que soportar ahora su dureza, insolencia, rebeldía y contumacia! La maldad que encubren al principio sale después a relucir. Cuando veas a un jovenzuelo charlatán y amigo de discursear, pero vacío de saber, tenlo sin más por enemigo de la justicia. A propósito de estos falsos hermanos, te recomienda el Maestro: A ninguno le impongas las manos a la ligera.
Advertencia
Este blog ha sido diseñado para que pueda realizarse una lectura, de un texto de San Bernardo, cada día del año. No obstante, en esta fase se unificarán progresivamente los capítulos para que también puedan leerse como pequeños libros completos. Igualmente se añadirán las cartas de San Bernardo, que nos permitirán hacernos una idea cronológica de en qué época y circunstancias fueron hechos tanto los escritos como los sermones (están en un blog aparte)
martes, 29 de enero de 2013
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