Advertencia

Este blog ha sido diseñado para que pueda realizarse una lectura, de un texto de San Bernardo, cada día del año. No obstante, en esta fase se unificarán progresivamente los capítulos para que también puedan leerse como pequeños libros completos. Igualmente se añadirán las cartas de San Bernardo, que nos permitirán hacernos una idea cronológica de en qué época y circunstancias fueron hechos tanto los escritos como los sermones (están en un blog aparte)

miércoles, 30 de enero de 2013

CONSIDERACIONES. LIBRO IV. CAPÍTULO XI



Excluido ya todo este tipo pestilente de personas, pon todo tu empeño en buscar a gentes de las que luego no debas arrepentirte por haberlas admitido. Te honraría muy poco estar siempre retractándote de lo que ya has hecho; no es conveniente que tus decisiones se desacrediten con tanta frecuencia. Cuando debas tomar una resolución, piénsalo contigo mismo y con los que te aprecian de verdad. Medítalo detenidamente antes; que después siempre llega tarde la retractación. Es un consejo del sabio: hazlo todo con consejo, y, después de verlo, no te arrepentirás. 
Y convéncete: es muy difícil probar bien dentro de la curia a los que van a ser admitidos. Por eso, si es factible, resulta mejor elegir a personas ya probadas y no a prueba. Nosotros recibimos en los monasterios a todos con la esperanza de que sean mejores más tarde. Pero la tradición de la curia fue recibir a los que ya son perfectos y no pretender hacerlos después. La experiencia dice que fueron más los buenos que dejaron de serlo y menos los malos que se corrigieron. Por eso es preferible buscar personas ya perfectas, cuyos fallos no se teman, porque ya no hay necesidad de fiarse de su progreso.

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